19 de agosto de 2008

Gilles de Rais


Todo un sadico religioso...


Este personaje sentía una predilección malsana por los niños y los adolescentes, hasta el punto de que se atribuyó nada menos que la muerte de alrededor de 200.

El mismo Gilles contó en alguna ocasión como disfrutaba visitando la sala donde los chicos eran a veces colgados de unos ganchos. Al escuchar las súplicas de alguno de ellos y ver sus contorsiones, Gilles fingía horror, le cortaba las cuerdas, le cogía tiernamente en sus brazos y le secaba las lágrimas reconfortándole. Luego, una vez se había ganado la confianza del muchacho, sacaba un cuchillo y le segaba la garganta, tras lo cual violaba el cadáver.

A la mañana siguiente no quedaba huella ninguna de su desenfreno de la noche anterior, sus sirvientes la habían limpiado. Pidió que le trajeran la cabeza y ante ésta, se arrodilló bañado en lágrimas y prometió reformarse. Acercó sus labios a la cabeza, la besó largamente y se fue a su cama llevándola consigo y diciéndole que muy pronto se reuniría con otras cabezas tan bellas como ella.

Uno de los mayores placeres de Gilles era tener las cabezas decapitadas clavadas ante su vista. Luego llamaba a un artista de su séquito, el cual ondulaba exquisitamente el cabello del niño, le enrojecía los labios y las mejillas hasta darle un aspecto de belleza impresionante.Cuando tenía bastantes cabezas cortadas, celebraba una especie de concurso de belleza, en el cual sus amigos e invitados votaban sobre cual era la más bella. La cabeza "ganadora" era dedicada a un uso necrofílico.

El 13 de septiembre fue detenido en su el pueblo de Machecoul por un grupo de soldados, quienes hallaron en su propiedad los cuerpos despedazados de 50 adolescentes. El duque de Bretaña le hizo compadecer ante la justicia acusado de haber asesinado e inmolado entre 140 y 200 niños en prácticas diabólicas.

Se le infligieron todo tipo de torturas para obligarle a confesar sus crímenes, que se obstinaba a negar pese a las evidencias, pero fue sólo la amenaza de la excomunión lo que le indujo a hacerlo detalladamente.

Calentamiento Global


Según la IPCC (Panel Internacional sobre Cambio Climatico), la temperatura de la superficie terrestre ha aumentado aproximadamente 0.6°C en el último siglo. Las emisiones de dióxido de carbono por quema de combustibles, han aumentado a 6.25 mil millones de toneladas en 1996, un nuevo récord. Por otro lado, 1996 fue uno de los cinco años más calurosos que existe en los registros (desde 1866). Por otro lado se estima que los daños relacionados con desastres climáticos llegaron a 60 mil millones de US$ en 1996, otro nuevo récord (GCCIP).

De acuerdo a la IPCC, una duplicación de los gases de invernadero incrementarían la temperatura terrestre entre 1 y 3.5°C . Aunque no parezca mucho, es equivalente a volver a la última glaciación, pero en la dirección inversa. Por otro lado, el aumento de temperatura sería el más rápido en los últimos 100.000 años, haciendo muy difícil que los ecosistemas del mundo se adapten.

El principal cambio climático a la fecha ha sido en la atmósfera, hemos cambiado y continuamos cambiando, el balance de gases que forman la atmósfera. Esto es especialmente notorio en gases invernadero claves como el CO2, Metano (CH4) y óxido nitroso (N2O). Estos gases naturales son menos de una décima de un 1% del total de gases de la atmósfera, pero son vitales pues actúan como una "frazada" alrededor de la Tierra. Sin esta capa la temperatura mundial sería 30°C más baja.

El problema es que estamos haciendo que esta "frazada" sea más gruesa. Esto a través de la quema de carbón, petróleo y gas natural que liberan grandes cantidades de CO2 a la atmósfera. Cuando talamos bosques y quemamos madera, reducimos la absorción de CO2 realizado por los árboles y conjuntamente liberamos el dióxido de carbono contenido en la madera. El criar bovinos y plantar arroz genera metano, óxidos nitrosos y otros gases invernadero. Si el crecimiento de la emisión de gases invernadero se mantiene en el ritmo actual los niveles en la atmósfera llegarán a duplicarse, comparados con la época preindustrial, durante el siglo XXI. Si no se toman medidas es posible hasta triplicar la cantidad antes del año 2100 (GCCIP, 1997).

El consenso científico como resultado de esto, es que seguramente habrá un aumento global de la temperatura entre 1.5 y 4.5°C en los próximos 100 años. Esto agregado al ya existente aumento de 0.5°C que ha experimentado la atmósfera desde la revolución industrial (UNEP/WHO, 1986).

Poder predecir cómo esto afectará al clima global, es una tarea muy difícil. El aumento de temperatura tendrá efectos expansivos. Efectos inciertos se agregan a otros inciertos. Por ejemplo, los patrones de lluvia y viento, que han prevalecido por cientos y miles de años, de las que dependen millones, podrían cambiar. El nivel del mar podría subir y amenazar islas y áreas costeras bajas. En un mundo crecientemente sobrepoblado y bajo estrés, con suficientes problemas de antemano, estas presiones causarán directamente mayor hambruna y otras catástrofes (UNEP/WMO, 1994).

Según la Organización Mundial de la Salud (WHO), aun un pequeño aumento de temperatura puede causar un aumento dramático de muertes debido a eventos de temperaturas extremas; el esparcimiento de enfermedades tales como la malaria, dengue y cólera; sequías, falta de agua y alimentos. La IPCC lo plantea así: "El cambio climático con certeza conllevará una significativa pérdida de vidas" (Dunn, 1997).

El calentamiento de la Tierra, además de descongelar las capas polares, puede causar un cambio en el sistema de circulación del aire, cambiando patrones de lluvia. De esta manera, por ejemplo, el Medio-Oeste norteamericano (fuente agrícola de Estados Unidos), podría transformarse en desierto, y las zonas de cultivo moverse hacia áreas de Canadá.


No cabe duda de que nos estamos acabando el planeta... Ni Dios, ni Demonios, ni nada sobrenatural provocara el fin del mundo mas que la raza humana... Suficiente evidencia hay de ello... Y lo peor es que todos permanecemos indiferentes a esto, como si no nos fuese a afectar en lo absoluto... Todos habitamos el mismo planeta!!!



Si crees que plantar un arbol, dejar de utilizar un dia el coche, no tirar basura en las calles, etc., no va hacer que las cosas cambien... Piensa que hay millones de personas en el mundo que lamentablemente piensan igual que tu y por ello se pierde la posibilidad de reforestar los bosques y selvas que hemos ido matando, entre muchas otras cosas que si nos lo propusieramos, lograriamos un cambio en el mundo... En fin.



17 de agosto de 2008

Vlad Draculea

Vlad III El Empalador (Vlad Tepes) (Sighişoara, 8 de noviembre de 1431 - Bucarest, 14 de diciembre de 1476) fue un Príncipe de Valaquia (hoy el sur de Rumania) y la figura histórica en la que el escritor irlandés Bram Stoker se inspiró para crear al inmortal personaje del Conde Dracula.

Nació en la ciudad-burgo rumana de Sighişoara (Transilvania), el 8 de noviembre de 1431 y murió en batalla el 14 de diciembre de 1476 en las cercanías de Bucarest. También es conocido como Vlad Ţepeş (pronunciación: tse'pe) o Vlad el Empalador.
Vlad se hizo famoso por tres cosas: su increíble arrojo y valentía (murió luchando con un ejército de tan solo 300 hombres contra un ejército de 120.000 turcos, algo que había hecho antes varias veces con éxito), su implacable sentido de la justicia y su extraordinaria crueldad, capaz de llamar la atención incluso en aquellos tiempos sangrientos. Como su apodo Tepes indica, su argumento contundente favorito era el empalamiento, una técnica de tortura y ejecución que consiste en introducir un palo de aproximadamente 3.50 m. de longitud sin punta (ya que esto aseguraba un mayor sufrimiento en la víctima), por el ano o la vagina hasta la boca o el hombro, fijarlo a la carne con un clavo y después levantarlo para que la víctima muera allí lentamente, entre dolores atroces. Al menos cien mil personas murieron de esta manera a manos de los hombres del Empalador durante los siete años que duraron sus sucesivos reinados: enemigos, traidores, delincuentes de todo tipo y las familias de todos ellos, incluyendo a los bebés, y a elementos de su propia milicia que "merecían" ser castigados.

Su traumática infancia, fue muy determinante a la hora de formar su futuro como príncipe. A los 13 años, en
1444, fue entregado a los turcos como rehén junto con su hermano Radu, por su padre como muestra de sumisión al Sultán y como garantía. Fue criado por el mismo Murat II (padre de Mehmet II, el cual lo tuvo como a un hermano) en ciudades como Adrianópolis, Egniojsor, Ened y Ninfamén, siendo el propósito evitar una nueva traición por parte del padre de Vlad.

Cuando volvió del exilio, su padre Vlad Dracul había muerto apaleado, por
Iancu de Hunedoara en 1447, y a su hermano Mircea le quemaron los ojos con un hierro al rojo vivo antes de enterrarlo aún con vida. Ambos hechos fueron ordenados por los Boyardos (una aristocracia local), a los cuales Vlad tuvo desde entonces odio eterno.
Cuando Vlad conoció que los turcos habían sido rechazados por los húngaros se lanzó al ataque del poder que ostentaba Vladislav II, apoyado por los húngaros y la población de origen alemán y protegido de los turcos. Junto con un contingente de Transilvania derrotó al voivoda e hizo que lo ejecutaran en la plaza pública de Tirgusor (cerca de Tirgovisthe, la antigua capital de Velaquia, justo donde había muerto su hermano. Una vez convertido en príncipe, en 1456, los reinos cristianos lo reconocieron como tal.

La primera parte del reino de Vlad estuvo dominada por la idea de eliminar amenazas a su poder, grupos de nobles, especialmente los
boyardos. Esto se consiguió por eliminación física, pero también reduciendo el rol económico de la nobleza: Las posiciones más importantes en el Concilio de Principes, que iban normalmente a los más poderosos boyardos, fueron dados a individuos desconocidos, algunos de origen extranjero, pero leales a Vlad.

Fue despiadado y en las ciudades donde no lo aceptaban se realizaban ejecuciones por empalamiento de hombres, mujeres y niños, como en los casos de la ciudad transilvana de Kronstadt (Brasov) y Hermannstadt (Sibiu), ambas ciudades habitadas por colonos alemanes que no querían comerciar con él o que no querían pagarle tributo. En 1459 hizo que 30.00 colonos alemanes (sajones) y oficiales fueran empalados.

Con ello iniciaría su carrera de brutales masacres, entre las que se le atribuyen el exterminio de cien mil personas entre 1456 y 1462, hechos detallados en documentos y grabados de la época, que pusieron de manifiesto su gusto por la sangre y el empalamiento, por lo que se le comenzó a llamar Ţepeş que significa en rumano: empalador.
Una de sus acciones de empalamiento masivo fue en su venganza contra los boyardos, asesinos de su padre y de su hermano mayor. Vlad llevó a cabo esta venganza en la Pascua de 1459, invitando a los boyardos a una gran cena de Pascua pidiéndoles a estos que se pusieran sus mejores galas. Cuando terminaron de cenar, Vlad mandó empalar a los más viejos, mientras que a los jóvenes les obligó a ir hasta Târgoviste, hasta un castillo en ruinas que había en un monte cercano al río Arges. Los boyardos fueron a pie, y muchos perecieron en el camino, pero los que llegaron aún con vida, fueron obligados a construir el castillo de Drácula, y así, sus preciosas ropas de gala, quedaron convertidas en harapos, mientras, obligados a construir el castillo, iban muriendo de cansancio y agotamiento a través de los meses ante el deleite del Empalador.

A Vlad le gustaba organizar empalamientos multitudinarios con formas geométricas. La más común era una serie de anillos concéntricos de empalados alrededor de las ciudades a las que iba a atacar, pour encourager l'esprit. La altitud de la estaca indicaba el rango que la víctima había tenido en vida. Con frecuencia, Vlad los dejaba pudriéndose durante meses. Un ejército turco que pretendía invadir Rumania se volvió atrás, aterrado, cuando encontró a varios miles de empalados descomponiéndose en lo alto de sus estacas, a ambas orillas del Danubio.

El Día de San Bartolomé de 1459, Vlad hizo empalar a la mayoría de los sajones de Brasov, una ciudad transilvana que se había rebelado contra él ya que habían apoyado al pretendiente Dan II, junto con desleales húngaros y rumanos, y a continuación organizó un festín en el centro de este nuevo Bosque de Empalados aún aullantes, frente a la tarima donde un verdugo descuartizaba lentamente a los cabecillas de la sublevación y sus familias. La peculiar celebración duró hasta muy entrada la noche, cuando, para iluminarse, Vlad y su ejército prendieron fuego a la ciudad ante los ojos de sus 30.000 agonizantes ciudadanos. Incluso a los que no mandó empalar los amontonó e hizo que sus soldados los mataran a sangre fría con espadas, picas y cuchillos. Poco después atacó a la ciudad de Tara Birsei, en donde también hubo varios empalamientos.

En 1461 Draculea libró una de sus más famosas batallas. El Sultán turco Mehmed II, conquistador de Constantinopla, le tendió una trampa. Envió a su encuentro al al colaboracionista griego Catavolinos, en calidad de embajador, para citarle en Giurgiu, puerto danuviano cerca de Bucarest, con el fin de "solucionar un pequeño problema fronterizo". En el lugar de la cita esperaba un destacamento al mando del general Hamza Beg. Vlad Tepes fingió caer en la trampa y se presentó con parte de los tributos pendientes e incluso algunos presenten para el sultán pero, a su vez, llevó consigo a un nutrido ejército de caballería que derrotó a los turcos con relativa facilidad. Después de esta batalla Catavolinos y Hamza Beg fueron conducidos junto al resto de los prisioneros hasta Tirgovisthe, donde murieron empalados, aunque otras fuentes aseguran que Hamza Beg fue abandonado con vida en la frontera tras serle cortados los pies y las manos.

Este mismo año, Mehmed II, un hombre al que no se le conocía precisamente por su repugnancia ante la efusión de sangre, retrocedió cuando pretendía invadir Tirgovisthe y volvió a Estambul enfermo de violentos vómitos ante la visión del Bosque de los Empalados. Este peculiar "Bosque" era un valle donde se habían talado todos los árboles para obtener estacas. Estacas suficientes para empalar a más de 23.000 prisioneros
turcos, húngaros, rumanos, búlgaros y colonos alemanes y sus familias empalados allí mismo, repartidos por todo el valle, en lo alto de los palos.
Aunque el empalamiento era, evidentemente, la diversión favorita de Vlad, también gozaba con la aplicación de otros métodos a quienes de un modo u otro le habían hecho enfurecer, normalmente en la intimidad de sus castillos. Entre los métodos de tortura favoritos del Príncipe de Valaquia se contaban también la amputación de miembros, narices y orejas; la extracción de ojos con ganchos; el estrangulamiento, la hoguera, la castración, el desollamiento, la exposición a los elementos o a fieras salvajes, el vaciado de ojos, la parrilla y la lenta destrucción de pechos y genitales, especialmente de las mujeres.

Otra de sus actuaciones en su reinado fue cuando la población se quejaba de los continuos robos que sufrían por parte de ladrones y asaltadores en sus territorios, además de los pobres, que según Vlad no aportaban nada al país. Para erradicar esto propuso un gran festín en una gran casa de las afueras de las ciudades para pobres, ladrones, tullidos, leprosos, enfermos, pordioseros, en donde las grandes viandas y el vino estaban por doquier. Cuando ya todos estaban bien servidos de comida y borrachos de vino, Vlad y su guardia se plantaron en la casa y preguntó a todos los allí reunidos si querían una vida sin privaciones ni preocupaciones y que todos los días se dieran festines como aquel, a lo que los mendigos y demás personas respondieron que sí y que había sido el mejor día de sus vidas. Vlad les sonrió y mandó a sus soldados que cerraran todas las puertas de la casa y prendieran fuego sobre ella. Nadie quedó con vida. Eliminó la pobreza acabando con los pobres. Estas atrocidades se fueron repitiendo con todos los mendigos en cada comarca de su principado. Llegaron a morir 3.600.

El siguiente grupo para él improductivo con el que quiso acabar, fue el de los
gitanos. Vlad reunió a los trescientos de una comarca, mandó que asaran a los tres líderes para que los demás los comieran o a cambio se alistaran al frente turco, sino todos serían asados. Los gitanos optaron por lo segundo.
Un buen día, un comerciante florentino se presentó en su castillo para denunciar que le habían robado una bolsa de monedas de oro. El príncipe le dijo que volviera al día siguiente. Cuando el mercader retornó al día siguiente, los ladrones y todos los miembros de sus familias estaban empalados en el patio de castillo. Frente a ellos, Vlad devolvió la bolsa robada.

Entonces el Empalador le pidió al comerciante que contara las monedas de la bolsa, para comprobar si faltaba alguna. El aterrorizado extranjero las contó cuidadosamente, y probablemente demasiado asustado para mentir, musitó finalmente: - "Sobra una".

Vlad le contestó: - "Tu honradez te ha salvado. Si hubieras intentado quedártela, habrías acabado en la estaca más alta, junto con éstos".

Ocurrió tambien que unas caravanas de comerciantes alemanes en su ruta desde Serbia hasta Hungría no llegaron a pararse en Valaquia y comerciar con Vlad. Éste, al enterarse de la falta de respeto hacia él y su pueblo, mandó capturar las caravanas y asesinar a los 600 comerciantes que las componían exceptuando a dos, a uno de ellos le sacó los ojos y a otro le cortó la lengua y les hizo volver con las cabezas de los comerciantes a Serbia.

Vlad tuvo muchas amantes a lo largo de su vida, probablemente debido al hecho de que le duraban muy poco. Un día que Vlad estaba de mal humor una de sus amantes le dijo para complacerle que estaba embarazada de él. Vlad le envió una matrona para que la examinase y cuando ésta le dijo que no había tal embarazo le rajó literalmente el vientre a su amante gritando que quería ver el fruto de sus entrañas.

Castigó duramente el adulterio y no dudó en empalar a todas aquellas mujeres que fueran acusadas de ello.

Un día cuando Vlad paseaba con un monje junto a un bosque de empalados, éste le dijo que el hedor era insoportable, pero se lo dijo en tono de sorna. Vlad lo miró con ojos incendiarios y ordenó que lo empalaran en el palo más alto que hubiera. Cuando el monje ya estaba empalado el príncipe le preguntó si allí arriba olía mejor.

Vlad se encontró con un hombre trabajando en el campo que parecía falto de mujer por el aspecto de sus ropas. Al preguntarle si no estaba casado éste le dijo que sí. Vlad hizo traer a la mujer y le preguntó qué hacía en sus días, y ésta le dijo que lavar, hacer el pan y coser. Señalando a las ropas de su marido, Vlad no le creyó y decidió empalarla a pesar de que el marido afirmaba estar satisfecho con ella. Luego obligó a otra mujer a casarse con este hombre no sin antes amenazarla con el mismo destino si no cuidaba bien del campesino.

Cuando Vlad fue de visita a un pueblo de Valaquia, vio como dos monjes le pedían limosna. El príncipe les preguntó que por qué pedían limosna si podían vivir sin penurias colaborando en cualquier iglesia y éstos le respondieron que mendigando podrían saber si iban a entrar o no en el reino de los cielos, a lo que Vlad sin más miramientos, les mandó empalar y les dijo que así sus dudas quedarían resueltas de inmediato.

En la literatura y el cine fue el modelo del género de terror y del vampirismo, ya que se dice que bebía la sangre de sus víctimas en copas mientras comía delante de los empalados. Su sádica personalidad la tomó Bram Stoker como modelo para su obra Drácula, escrita en 1897. Para 1976, el gobierno comunista de Nicolae Ceauşescu lo declaró Héroe de la nación al cumplirse el V Centenario de su muerte. Se han realizado infinidad de películas sobre el personaje pero siempre desde la perspectiva del vampiro y no de su biografía real durante todo el siglo XX.


Para ver mas sobre este personaje:


Erzsébet Bathory: La Condesa Sangrienta

El caso de este personaje resulta verdaderamente interesante para la historia del crimen en serie, partiendo en un principio del hecho que sea una de las pocas mujeres que haya asesinado de una manera tan cruel a cerca de 650 niñas.

Además de una perversión sádica y sexual, la Condesa Elizabeth Báthory sentía especial atracción por la sangre, y no sólo se contentaba de beberla, como es habitual en los llamados asesinos vampíricos, sino que se bañaba en ella con el fin de impedir que su piel envejeciese al paso de los años. Nace en 1560 en el seno de una de las más ricas familias húngaras.Si bien pertenecía a la más ilustre y distinguida aristocracia, siendo su primo Primer Ministro de Hungría, y su tío Rey de Polonia, también existen antecedentes esotéricos entre los miembros de su familia, como pueden ser un tío adorador de Satán y otros familiares adeptos a la magia negra o la alquimia, entre los que se puede contar a la propia Báthory, ya que desde su infancia había sido influida por las enseñanzas de una nodriza que se dedicaba a las prácticas brujeriles.

Cuando sólo contaba con 15 años se casa con un noble, el conde Nadasdy, gran guerrero conocido como "El Héroe Negro", y se van a vivir en un solitario castillo en los Cárpatos.El conde no tarda en ser reclamado en una batalla, por lo que se ve obligado a dejar sola a Elizabeth por un tiempo.Al cabo de muchos momentos en espera de su marido, ésta se aburre por el continuo aislamiento al que estaba sometida, y se fuga para mantener una relación con un joven noble al que las gentes del lugar denominaban "el vampiro" por su extraño aspecto. En breve regresa de nuevo al castillo y empieza a mantener relaciones lésbicas con dos de sus doncellas. Desde ese momento, y para distraerse de las largas ausencias de su marido, comienza a interesarse sobremanera por el esoterismo, rodeándose de una siniestra corte de brujos, hechiceros y alquimistas.

A medida que pasaban los años, la belleza que la caracterizaba se iba degradando, y preocupada por su aspecto físico pide consejo a la vieja nodriza. Ésta, le indica que el poder de la sangre y los sacrificios humanos daban muy buenos resultados en los hechizos de magia negra, y le aconseja que si se bañaba con sangre de doncella podría conservar su belleza indefinidamente.

En esa época, la Condesa tubo su primer hijo, al que siguieron tres más, y si bien su papel maternal le absorbía la mayor parte del tiempo, en el fondo de su mente seguían resonando las palabras tentadoras de la nodriza: "belleza eterna". Al principio intentó alejarlas de sí, posiblemente no por falta de deseo o valor, sino por temor a las consecuencias de cara a la aristocracia, pero años más tarde cuando su marido fallece no tarda en probar los placeres sugeridos por la bruja.

Al poco tiempo moriría su primera víctima: una joven sirvienta estaba peinando a la Condesa, cuando accidentalmente le dio un tirón. Ésta, en un ataque de ira le propinó tal bofetada que la sangre de la doncella salpicó su mano. Al mirar la mano manchada de sangre, creyó ver que parecía más suave y blanca que el resto de la piel, llegando a la conclusión que su vieja nodriza estaba en lo cierto y que la sangre rejuvenecía los tejidos. Con la certeza de que podría recuperar la belleza de su juventud y conservarla a pesar de sus casi cuarenta años, mandó que cortasen las venas de la aterrorizada sirvienta y que metiesen su sangre en una bañera para que pudiera bañarse en ella.

A partir de ese momento, los baños de sangre serían su gran obsesión, hasta el punto de recorrer los Cárpatos en carruaje acompañada por sus doncellas en busca de jóvenes hembras a quienes engañaban prometiéndoles un empleo como sirvientas en el castillo. Si la mentira no resultaba, se procedía al secuestro drogándolas o azotándolas hasta que eran sometidas a la fuerza. Una vez en el castillo, las víctimas eran encadenadas y acuchilladas en los fríos sótanos bien por un verdugo, un sirviente o por la propia Condesa, mientras las víctimas se desangraban y llenaban su bañera.Una vez dentro de la pila, hacía que derramasen la sangre por todo su cuerpo, y al cabo de unos minutos, para que el tacto áspero de las toallas no frenase el poder de rejuvenecimiento de la sangre, ordenaba que un grupo de sirvientas elegidas por ella misma lamiesen su piel. Si estas mostraban repugnancia o recelo, las mandaba torturar hasta la muerte. Si por el contrario reaccionaban de forma favorable, la Condesa las recompensaba.

En algunas ocasiones, las víctimas que le parecían más sanas de mejor aspecto eran encerradas durante años en los sótanos para ir extrayendo pequeñas cantidades de sangre mediante incisiones afín que la dueña del castillo pudiera bebérsela. Por otro lado, las calaveras y los huesos eran también aprovechados por los hechiceros del castillo, convencidos que sólo un sacrificio humano podía dar buenos resultados para realizar sus experimentos alquímicos.

Durante once años, los campesinos aterrados veían el carruaje negro con el emblema de la Condesa Báthory rastrear el pueblo en busca de jóvenes, que desaparecían misteriosamente dentro del castillo y que nunca volvían a salir.Los cuerpos sin vida eran sepultados en las inmediaciones del castillo, hasta que finalmente, sea por pereza o descuido, tan sólo los arrojaban al campo para que las alimañas acabasen con ellos.

Algunos aldeanos no las tenían todas consigo por los gritos estremecedores que se oían salir del lugar, y se empezaron a extender rumores por todo el pueblo de que algo raro sucedía en el castillo.Finalmente estos pueblerinos empiezan a rondar por las inmediaciones, en dónde se encuentran con los restos de más de una docena de cuerpos sin vida. Éstos armaron una revuelta insistiendo que el castillo estaba maldito y era además una residencia de vampiros, quejándose ante el propio soberano.

Atacar a una familia de poder en esa época era algo verdaderamente difícil, y sobre todo si como en este caso, el acusado además de ser una persona distinguida entre la nobleza tenía amigos igual de poderosos por todas partes. Por ese motivo, el emperador comienza por no prestar atención a las quejas de su pueblo, pero finalmente envía una tropa de soldados que irrumpen en el castillo en 1610. Al entrar, los soldados encuentran en el gran salón del castillo un cuerpo pálido y desangrado de mujer en el suelo, otro aún con vida pero terriblemente torturada, que había sido pinchada con un objeto para extraerle la sangre, y una última ya muerta tras ser salvajemente azotada, desangrada y parcialmente quemada. En los alrededores del castillo, desentierran además otros cincuenta cadáveres.

En los calabozos, se encuentran a gran cantidad de niñas, jóvenes y mujeres aún en vida a pesar que algunos de ellos tenían señales de haber sido sangrados en numerosas ocasiones. Una vez éstos liberados, sorprenden a la Condesa y a algunos de sus brujos en una de las habitaciones del castillo en medio de uno de estos sangrientos rituales. Rápidamente son detenidos y conducidos a la prisión más cercana. Los crímenes sádicos de Báthory habían durado aproximadamente diez años.

En el juicio, sobraban pruebas para condenar a Elizabeth Báthory culpable de los múltiples crímenes cometidos, pues no sólo se habían encontrado ochenta cadáveres sino que los guardias estaban de testigos para declarar que la habían visto matar con sus propios ojos.

Ésta confesaría haber asesinado junto con sus hechiceros y verdugos, a más de 600 jóvenes y haberse bañado en "ese fluido cálido y viscoso afín de conservar su hermosura y lozanía". Le seducía el olor de la muerte, la tortura y las orgías lesbianas. Decía que todo lo mencionado poseía un "siniestro perfume". Sus cómplices fueron condenados culpables, unos decapitados y otros quemados en la hoguera.

Báthory, aún contando con el privilegio de pertenecer a la nobleza y ser amiga personal del rey Húngaro, fue condenada por éste mismo a una muerta lenta: la emparedaron en el dormitorio de su castillo, dejándole una pequeña ranura por la cual le daban algunos desperdicios como comida y un poco de agua. Murió a los cuatro años de permanecer en esa tumba, sin intentar comunicarse con nadie ni pronunciar la mínima palabra. Fue una especie de suicidio, de repente dejó de tocar alimento alguno y fallece en 1614 cuando contaba con 54 años.

Resulta curioso señalar un paralelismo entre esta mujer y otro vampiro histórico muy conocido: Gilles de Rais, pues aunque éste cometió sus crímenes dos siglos antes, procedían de manera muy similar: ambos pertenecían a la alta nobleza. Él era homosexual y ella lesbiana (de ahí que sus víctimas fuesen principalmente mujeres), y lo más sorprendente e inquietante es que tanto los sirvientes de uno como de otro participaban en los macabros baños de sangre.

Por Pili Abeijon

Articulo tomado de: